Por Luis Martínez Alcántara
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la imposición de un arancel del 25% a todas las importaciones provenientes de México y Canadá, con fecha de entrada en vigor el 2 de abril de 2025. Esta medida, que inicialmente estaba programada para el 4 de marzo, ha sido pospuesta para dar tiempo a negociaciones adicionales entre las partes involucradas.
Trump vinculó estos aranceles a preocupaciones sobre inmigración ilegal y tráfico de drogas, buscando que ambos países tomen medidas más estrictas en estos ámbitos.
En respuesta, el secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, ha intensificado sus esfuerzos diplomáticos y se ha trasladado a Washington D.C. para sostener reuniones clave con funcionarios estadounidenses. Entre los encuentros programados, Ebrard se reunirá con el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, y con Jamieson Greer, recientemente confirmado como representante comercial de la Casa Blanca.
Durante las conversaciones iniciales, Ebrard y Lutnick discutieron la importancia del comercio bilateral y la necesidad de fortalecer la cooperación en temas de seguridad fronteriza y combate al narcotráfico. Ambos funcionarios acordaron continuar las negociaciones en los próximos días, con el objetivo de alcanzar un acuerdo antes de la fecha límite establecida por la administración Trump.
La confirmación de Jamieson Greer como principal negociador comercial de Estados Unidos añade una nueva dinámica a las discusiones. Greer, quien previamente se desempeñó como jefe de gabinete del representante comercial Robert Lighthizer, ha sido reconocido por su enfoque firme en las negociaciones comerciales.
La posible imposición de estos aranceles preocupa a diversos sectores económicos de México y Canadá. Analistas advierten que la medida podría desencadenar una guerra comercial en América del Norte, afectando cadenas de suministro y elevando los costos para consumidores y empresas en la región. Además, existe el riesgo de que ambos países adopten medidas de represalia, lo que podría agravar aún más las tensiones comerciales y diplomáticas.