Por Luis Martínez Alcántara
El desmantelamiento de las Unidades DEI (Diversidad, Equidad e Inclusión) en instituciones y empresas de Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump preocupó a especialistas en derechos humanos. Estos espacios son clave para erradicar paradigmas discriminatorios que afectan a grupos históricamente vulnerables. Ante esta amenaza global, es fundamental fortalecer estas iniciativas y garantizar su permanencia como herramientas de justicia social.
En el marco del Día Mundial de la Justicia Social, celebrado el 20 de febrero, expertos destacan la importancia de consolidar las Unidades DEI en diversos entornos. Según Gerardo Sánchez Guadarrama, periodista y especialista en derechos humanos, estas unidades operan en escuelas, empresas y espacios públicos para fomentar la inclusión y garantizar igualdad de oportunidades. Su creación responde a la lucha de distintos grupos sociales que han exigido mejores condiciones a lo largo de la historia.
Las Unidades DEI cobraron relevancia tras el asesinato de George Floyd en 2020, cuando varias empresas estadounidenses decidieron implementarlas como respuesta al racismo y la brutalidad policial. Sin embargo, su eliminación por parte de algunos gobiernos y organismos ha debilitado las acciones contra la discriminación. Además, decisiones recientes de la Corte Suprema de EE.UU. han limitado la Acción Afirmativa en universidades, lo que evidencia la fragilidad de las políticas públicas en la materia.
El objetivo principal de estas unidades es fomentar ambientes laborales y educativos más equitativos. A través de programas de sensibilización, promueven la contratación de mujeres, minorías y personas con discapacidad, además de impulsar encuestas para medir los niveles de discriminación. También incluyen la figura del Ombudsperson y comités de vigilancia para detectar y atender casos de violencia o exclusión en los espacios de convivencia.
En México, la Norma Mexicana NMX-R-025-SCFI-2015 en Igualdad Laboral y No Discriminación ofrece un marco regulatorio para promover la equidad en los centros de trabajo. Gerardo Sánchez Guadarrama señala que esta norma podría ser la base para consolidar las Unidades DEI en el país, permitiendo la creación de entornos diversos y respetuosos. Fortalecer estos espacios es un paso esencial para garantizar que todas las personas sean valoradas y tengan acceso a las mismas oportunidades.
