CHINA PAGA POR BEBÉS 9 MIL PESOS AL AÑO PARA INTENTAR REVERTIR SU CRISIS DEMOGRÁFICA

CHINA PAGA POR BEBÉS 9 MIL PESOS AL AÑO PARA INTENTAR REVERTIR SU CRISIS DEMOGRÁFICA

Por Luis Martínez Alcántara

China anunció un nuevo subsidio nacional para combatir la caída de su población: las familias recibirán 3 600 yuanes (unos 502 dólares o aproximadamente 9 mil pesos mexicanos) al año por cada niño menor de tres años.

La medida incluye a niños nacidos desde el 1 de enero de 2025 y cubrirá a más de 20 millones de familias en todo el país. Este apoyo forma parte del paquete nacional más amplio para fomentar los nacimientos después de tres años de población en declive.

El objetivo del subsidio es aliviar el costo del cuidado infantil ante una tasa de natalidad que cayó a 9.54 millones de nacimientos en 2024, menos de la mitad que en 2016, año en que terminó la política de un solo hijo. China vive ahora una mortal combinación: menos hijos y más adultos mayores, lo que representa un desafío financiero y laboral masivo en las próximas décadas.

En varias provincias este tipo de apoyos ya existían a nivel local, por ejemplo en Hohhot (Mongolia Interior) donde se ofrecieron subsidios de hasta 10 000 yuanes anuales y leche gratuita para madres primeras o segundas. En Tianmen, una ciudad piloto, las familias pueden recibir hasta 49 000 dólares por tercer hijo, lo que generó un aumento de natalidad del 17 % en 2024. Sin embargo, expertos advierten que estas políticas locales pueden no ser financiables a nivel nacional.

El monto central de 3 600 yuanes apenas representa una pequeña ayuda respecto al costo real de criar un hijo en ciudades grandes, donde el alquiler, educación y salud son muy elevados. Analistas señalan que sin mejoras en guarderías públicas, permisos de maternidad y protección laboral para mujeres, el subsidio podría tener un impacto limitado a corto plazo.

El subsidio de 9 mil pesos por bebé demuestra un giro estratégico del gobierno chino para revertir décadas de baja natalidad. Pero su éxito dependerá de combinarlo con políticas estructurales de apoyo a las familias jóvenes. La medida representa un cambio simbólico, pero el verdadero reto será sostener una población estable durante los próximos años.

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