Por Monserrat Californias
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) realizó el 6 de junio redadas sorpresa en Los Ángeles, California, centrándose en dos puntos principales: una fábrica textil llamada Ambiance Apparel y un estacionamiento de Home Depot. En total, se detuvo a 42 connacionales (37 hombres y 5 mujeres), según confirmó el canciller Juan Ramón de la Fuente.
Estas acciones forman parte de la denominada “Operación Safeguard”, implementada en varias zonas urbanas bajo la administración Trump. Tras las detenciones, se activaron las protestas en Los Ángeles, donde activistas y vecinos se congregaron cerca del centro de detención Edward Roybal y en puntos estratégicos.
Los enfrentamientos entre manifestantes y agentes federales incluyeron disparo de gas lacrimógeno y granadas aturdidoras, además de denuncias de uso excesivo de la fuerza. En este contexto de tensión, organismos como CHIRLA y líderes comunitarios reportaron la detención del presidente del SEIU California, David Huerta, mientras intentaba proteger a migrantes dentro de un almacén.
En medio de las manifestaciones, una fotografía comenzó a circular viralmente en redes sociales: en ella, un protestante sostenía en alto una gran bandera mexicana frente a la imponente presencia de la Guardia Nacional y agentes del ICE.
Esta imagen se convirtió en un símbolo potente de resistencia y orgullo, reinterpretando la bandera tricolor como estandarte de la lucha por la dignidad y los derechos de los migrantes. Para cientos de manifestantes y simpatizantes, la bandera representa un reclamo visual ante las políticas migratorias restrictivas impulsadas por Trump.
La reacción del gobierno mexicano fue rápida y enérgica. La presidenta Claudia Sheinbaum condenó la violencia y defendió el carácter pacífico y trabajador de los migrantes mexicanos en Estados Unidos, además de solicitar que se respetara el debido proceso. El canciller De la Fuente, por su parte, aseguró que la embajada y el consulado intensificaron la asistencia legal y consular a los detenidos, y que cuatro de los 42 ya habían sido deportados —dos de manera voluntaria y dos con orden judicial.
