Por Luis Martínez Alcántara
El Papa Francisco, Jorge Mario Bergoglio, falleció a los 88 años en su residencia de la Casa Santa Marta en el Vaticano. La noticia fue anunciada por el cardenal Kevin Farrell, camarlengo de la Iglesia, quien destacó la dedicación del pontífice al servicio de Dios y de los más necesitados.
Francisco, primer papa latinoamericano y jesuita, lideró la Iglesia Católica desde 2013, marcando una era de reformas y apertura. Su deceso ocurrió a las 7:35 a.m. hora local, tras una prolongada lucha contra una neumonía bilateral que lo mantuvo hospitalizado durante más de un mes en Roma. A pesar de su frágil estado de salud, el domingo anterior presidió la misa de Pascua y ofreció la bendición “Urbi et Orbi”, siendo esta su última aparición pública.
Conforme al protocolo vaticano, se inició el periodo de sede vacante, durante el cual el cardenal Farrell asumirá la administración temporal de la Iglesia. Se espera que el cónclave para elegir al nuevo pontífice se convoque entre 15 y 20 días después del fallecimiento. Francisco será sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, cumpliendo su deseo de un funeral sencillo y cercano al pueblo.
El legado de Francisco se caracteriza por su enfoque pastoral centrado en la misericordia, la justicia social y el diálogo interreligioso. Durante su pontificado, abordó temas como el cambio climático, la inclusión de las mujeres en la Iglesia y la necesidad de una economía más equitativa. Su estilo humilde y accesible transformó la percepción del papado en el siglo XXI.
Líderes de todo el mundo han expresado su pesar por la pérdida del pontífice. Desde Europa hasta América Latina, se han declarado días de luto y se han emitido mensajes destacando su compromiso con los más vulnerables. La comunidad internacional reconoce en Francisco a un líder espiritual que trascendió fronteras y promovió la paz y la solidaridad.
La Iglesia Católica inicia ahora un proceso de reflexión y renovación. El próximo cónclave no solo elegirá a un nuevo papa, sino que también definirá la dirección futura de la Iglesia en un mundo en constante cambio. Mientras tanto, millones de fieles alrededor del mundo rinden homenaje a Francisco, recordando su mensaje de amor, humildad y esperanza.
